Saber más Sobre: Resequedad Vaginal

No estás sola, el 54% de las mujeres experimentan resequedad vaginal en algún momento de su vida. La sequedad ocurre cuando los tejidos de la zona vaginal interna y externa se reducen, volviéndose más delgados, secos y frágiles, con una disminución de la lubricación y la elasticidad. Este cambio se suele asociar a la bajada en los niveles de estrógenos, que ayudan a mantener la lubricación y las paredes vaginales de manera saludable. Sin hidratación, los tejidos se vuelven vulnerables a traumatismos, infecciones y hemorragias, lo que lleva a sufrir dolor e incomodidad. Las pastillas anticonceptivas, el periodo de lactancia, el parto, desequilibrios hormonales y la perimenopausia, pueden provocar una disminución en los niveles de estrógenos. La toma de antihistamínicos y la deshidratación también son factores importantes a la hora de experimentar resequedad.

No estás sola, el 54% de las mujeres experimentan resequedad vaginal en algún momento de su vida. La resequedad ocurre cuando los tejidos de la zona vaginal interna y externa se reducen, volviéndose más delgados, secos y frágiles, con una disminución de la lubricación y la elasticidad. Este cambio se suele asociar a la bajada en los niveles de estrógenos, que ayudan a mantener la lubricación y las paredes vaginales de manera saludable. Sin hidratación, los tejidos se vuelven vulnerables a traumatismos, infecciones y hemorragias, lo que lleva a sufrir dolor e incomodidad. Las pastillas anticonceptivas, el periodo de lactancia, el parto, desequilibrios hormonales y la perimenopausia, pueden provocar una disminución en los niveles de estrógenos. La toma de antihitamínicos y la deshidratación también son factores importantes a la hora de experimentar resequedad.

La resequedad vaginal está vinculada con una disminución de los niveles de estrógenos, los cuales ayudan a la lubricación y a mantener una vagina saludable. Esta disminución causa un desgaste en los tejidos vaginales tanto internos como externos, volviéndose pálidos, delgados, secos y frágiles, con una pérdida de secreción y elasticidad. Los niveles de estrógenos pueden verse afectados por diversos factores: pastillas anticonceptivas, estrés, lactancia, parto, menopausia y perimenopausia (el periodo de tiempo que transcurre justo antes de la menopausia). Sin embargo, la resequedad vaginal no está causada únicamente por una disminución en los niveles de estrógenos: la deshidratación y los antihistamínicos también contribuyen a que esto suceda.

Si, ¡es completamente normal! No nos lo solemos plantear, pero la vagina envejece igual que el resto de nuestro cuerpo, provocando, entre otras afecciones, la resequedad vaginal. Esta afección tan frustrante y dolorosa afecta al 54% de las mujeres en algún momento de su vida y, aunque parezca mentira, puede empezar a los 20 años. Al contrario de lo que se suele pensar, la menopausia no es la única causa de esta resequedad: el estrés, los anticonceptivos, el parto, la lactancia, e incluso los antihistamínicos y la deshidratación son algunas de las causas de esta resequedad vaginal. Es importante que sepas que la resequedad no tiene por qué impedirte sentirte tú misma ni disfrutar de tu intimidad.

El uso de lubricantes tanto antes como durante las relaciones sexuales puede aliviar la sequedad y prevenir el dolor y la incomodidad. Los geles hidratantes además de lubricar, proporcionan una hidratación prolongada y ayudan a prevenir la sequedad. Por su parte, los productos de higiene íntima diaria también son respetuosos con el pH íntimo. Ambos son una buena alternativa a los geles de ducha y cremas hidratantes tradicionales, los cuales contienen sustancias que no son respetuosas con la delicada piel vaginal, y que acaban secándola mucho. No lo olvides, ¡la hidratación es importante! Beber agua ayuda a mantener la piel de TODO nuestro cuerpo hidratada.